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El recuerdo, la imagen, el sentimiento de ese primer momento en que tuve a Manuela en mis brazos, jamás se me olvidarán. Las 2 noches que estuvimos en la clínica, no pude dormir más de 2 horas seguidas. Muchas cosas pasaban por mi mente y por mi corazón, y me invadió un sentido de responsabilidad mucho más grande que yo. Veía a Manuela y a pesar de ser tan mía en ese momento, sentía que no la conocía, no sabía nada de ella. Absolutamente todo me daba miedo: cargarla, cambiarle el pañal, darle el pecho, bañarla...Dios mío, qué pánico me daba bañarla ; aquel cuerpito gordito y resbaladizo. No sabía por donde agarrarla para que no se me escurriera en la bañera.
Hoy, a poco menos de 3 meses de cumplir 1 año, conozco a mi hija a la perfección; nadie la conoce mejor que yo y me encanta el pequeño ser humano en que se ha ido convirtiendo. Tan solo tiene 9 meses, pero ya Manuela tiene una personalidad y una forma de ser bastante definidas.
En estos meses que tengo compartiendo este espacio, he hablado mucho de nuestras aventuras, de mis aciertos y desencuentros con todo este mundo de la maternidad, han visto fotos de Manuela en sus múltiples facetas pero realmente no les he hablado mucho de cómo es ella más allá de sus grandes lazos de flores y su eterna sonrisa.
Manuela es una bebé absolutamente feliz y eso lo sé porque todo el día se está riendo, con todos los que conoce y con los que no también. Jamás se levanta de mal humor y llora muy pero muy de vez en cuando.
Tiene una naturaleza curiosa y arriesgada. Todo lo quiere tocar, jurungar y apretar, situación que ahora que está en plena efervecencia del gateo, me trae de cabeza. Lo mismo me la encuentro comiéndose la comida de Luca, que jugando con las orquídeas o atrapada debajo de una silla. Nada parece darle miedo y es súper autosuficiente; todo quiere hacerlo ella, siempre buscando aprobación en mi mirada.
"Chismosa y averiguadora"' así le dice su papá y es que de verdad no se quiere perder de ningún cuento y lo màs increíble es que sea cual sea el chisme, escucha con detenimiento y en momentos hasta emite su opinión con sus clàsicos "tata" o "pite" siempre en el momento oportuno.
En materia de comida, de una vez adelanto que salió gourmet y sibarita (por no decir glotona y tragona) pero bueno, eso ya es mal de familia. Todo lo quiere probar y no me puede ver comiendo helado o nutella porque se desesepera, quiere que le de un poquito y hasta le tiembla la barriguita de la emoción.
Tierna y carismàtica, bochinchera y divertida, nada llorona, risueña, dócil pero de carácter fuerte, valiente y persistente...así es mi hija. Definitivamente la realidad siempre supera la ficción porque ni en mis mejores sueños logré imaginar a mi Manuela.
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