A mi modo de verlo, existen distintos tipos de mamás y ninguna es mejor que otra, ser uno u otro tipo de madre encierra muchas cosas: rasgos de personalidad, expectativas, situación de vida, experiencias previas, prioridades, metas...en fin. En mi caso particular, he descubierto que soy de las que no me quiero perder ni un segundo de estar con mi hija y por eso, Manuela siempre va conmigo a donde vaya, bien sea al banco, a una cita importante o a un café con amigas. Esto no quiere decir que en estos 10 meses que llevo ejerciendo mi rol de mamá, no he querido por un momento desconectarme y tan solo pensar en mi, porque esa es otra cosa que he aprendido: no importa el tipo de madre que seas, jamás dejas de ser mujer.
El caso es que el jueves pasado, Alanna y Carmen Irene me dicen que van a ir al cine a ver una peli de esas que solo se ven en función de 6 de la tarde y en compañìa de amigas. En un primer momento, escuché el plan con nostalgia y emití un "que les vaya bien" pero luego caí en cuenta y me dije "oye, tienes siglos sin ir al cine, meses sin despegarte de Manuela..." y fue entonces cuando decidí pedirle a Juan que me regalara una tarde de cine sin Manuela.
Todo el día del viernes trancurrió tal como transcurrieron mis viernes de adolescencia, contando las horas para que mi mamá me dejara a las puertas del centro comercial y yo poder jugar a que era adulta mientras iba al cine con mis amigos del cole. Finalmente llegó la hora de decirle adiós a Manu y dejarla en la ofi de su papá con su pañalera equipada con pañales, juguetes, compota, galletas y yogurt.
En ningún momento sentí culpa por tomarme la tarde para mi, todo lo contrario, me sentí feliz de haberlo hecho porque quizá suene exagerado y difícil de creer pero me cuesta mucho despegarme de mi Manu. Claro, esto no quiere decir que no la extrañé, me sentía súper rara sin ella y es que hasta Nana y Cair me hicieron el comentario "te ves rara sin Manuela porque siempre está contigo para arriba y para abajo".
Disfruté mi pelí, mis cotufas y mis gomitas como nadie pero en lo que encendieron las luces del cine, quize tomar el primer taxi a casa. Al llegar me encontré a Manuela ya dormida y a Juan ansioso por que le contara como me había ido. Excelente tarde y excelente aprendizaje: debo tomarme más tardes para mi, eso no me hace menos mamá, por el contrario, me ayuda a entender que en la vida, la clave del éxito está en el equilibrio.
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